domingo, 22 de mayo de 2016

Hippies en Piñeres

 Pedz Padidar es mitad iraní, mitad francés, pero la mayor parte de su vida vivió en la isla de Jersey, en el canal de La Mancha. Hace cinco años se cansó de la vida que llevaba con un trabajo, un horario y una hipoteca que odiaba y decidió liberarse de aquella «esclavitud» y viajó a Asturias. Padidar se enamoró de Asturias, de sus paisajes, de su color y del aire puro. 

Después de vivir durante tres años en una finca cerca de Soto de Rey, con amigos, decidió mudarse junto a su mujer, la norteamericana Caren Jones, a Piñeres, en Aller, y cumplir su sueño. Ella quería vivir como lo hacía la gente antes, por sus propios medios, y al parecer, su sueño se ha hecho realidad.
 

Cuando alguien llega a su hogar Padidar al instante les pregunta si quieren un café, un té o algo. En mitad de una pequeña llanura verde se eleva su casa, parecida a una gran tienda de campaña, con armazón de madera y con los equipamientos básicos. 

Es como una jaima del desierto, pero rodeada de bosque. En invierno, al principio, la gente les preguntaba que cómo no tenían frío. En cambio, ahora, algunos vecinos de la zona vienen a calentarse cuando dan un paseo y hay mal tiempo. 




Por la izquierda, Pedz Padidar, Miriam Herweyer, Julian Rediish y el allerano Antonio Fernández, en la jaima de Piñeres.


Miriam Herweyer, la joven, de Holanda, llegó a Piñeres en febrero con su novio Andrea, de Italia. Se enteraron por internet de que buscaban gente para ayudar en un campo de trabajo y no tardaron en decidirse, hicieron la maleta e inmediatamente se dirigieron a Piñeres . Al principio solo era por unas semanas, ahora quieren quedarse allí para siempre. A medida que pasaba el tiempo, otros jóvenes como el australiano Julian Rediish también decidieron ir a vivir con ellos. Entonces Padidar decidió anunciar en internet la puesta en marcha de un campo de trabajo para hacer realidad otro de sus sueños. Están rehabilitando una antigua quintana para construir en Piñeres un centro de educación medioambiental.

Ellos consiguieron una subvención en el Ayuntamiento y tienen hasta finales de 2012 para tenerla acabada. La casa, ubicada en el bosque, será acondicionada para ofrecer en ella cursos sobre temas medioambientales, clases de yoga y ejercicios de relajación.  


Pero si los vecinos de la zona no les hubiesen ayudado, no podrían sobrevivir allí ya que ellos fueron los que enseñaron a
Padidar a sembrar la huerta o a hacer varas de hierba para que se conserve . Según ellos, tienen de todo: patatas, zanahorias, arbeyos..., no les falta de nada. Cada día se tienen que levantar pronto para salir a los dos huertos que tienen a las puertas de su casa, para trabajar y recoger la comida para el mediodía. Después se sientan a la mesa con los demás. Comen juntos y de tarde toca trabajar en el taller. Con troncos que recogen en el bosque de la zona alta de Piñeres crearon un lugar de trabajo en el que tallan la madera, tejen ropa... De eso viven, y de las clases particulares que da a niños de Piñeres Caren Jones, que es profesora. 









Por la noche llega la hora de charlar, tomar café y disfrutar de un buen libro. No tienen televisión, ni radio, ni internet aunque si tienen un móvil, pero apenas hay cobertura. No lo necesitan, según ellos, la tierra y sus amigos les dan lo que necesitan. Además, Padidar dice que les saldrá bien ya que durante muchos años nuestros antepasados vivieron así y salieron adelante.

Su vida no siempre es fácil , tienen que trabajar muy duro para poder mantenerse. Ahora, buscan más personas que quieran unirse a su forma de vida, a esta especie de comuna que está floreciendo, para poder terminar a tiempo la quintana y empezar a concienciar mentes con su proyecto de escuela. «Es lo mejor que nos podría haber pasado, vivimos como queremos, en otro siglo» 


Estos hippies anarquistas que viven en comunas, no necesitan el gobierno, defienden una sociedad en la que no necesitan a alguien que les mande, que les gobierne y controle sus conductas, viven por acuerdos libres que hacen entre ellos. Aunque no son activistas políticos que pretenden la destrucción del Estado. Ellos solo quieren vivir libres y en paz. Quieren vivir de la naturaleza y con ella.
 



En mi opinión esta vida esta bien, creo que a la gente que le va mal o que no le gusta su vida ni su trabajo y que esta harta del gobierno y del Estado lo mejor que puede hacer es ir a vivir con estas personas donde vivirán tranquilos y felices aunque tengan que trabajar duro. Lo mejor que puedes hacer si no te gusta es desconectar y probar a vivir de distinta manera. Para mi esta vida es un trabajo en equipo que puede tener inconvenientes y dificultades pero se compensan con otras muchas ventajas que tiene este modo de vida. Me asombra la casa que hicieron ellos con cosas de la naturaleza, me parece preciosa, mas que cualquier casa que te puedas encontrar, aunque sea pequeña. Creo que con todo el esfuerzo que ponen en su proyecto va a tener su recompensa y que les ira bien. Para mi esta gente conseguirá lo que se propone. Lo malo de esta forma de vida es no poder ir al dentista y tener que aguantar un dolor de muelas o lo que sea y tampoco poder ir a esquiar u otras muchas cosas. Aunque si te va mal, tampoco podrías hacer estas cosas



Fuentes



http://www.lne.es/caudal/2010/10/11/comuna-florece-pineres/978903.html